Nuestra orienta con respecto a las medidas preventivas que debe tomar un paciente hipertenso para evitar complicaciones cardiovasculares y generar estilos de vida saludable.
La elevación persistente de las presiones arteriales: sistólica y diastólica. Suele ser un cuadro asintomático hasta que, con los años, aparecen complicaciones cardiovasculares, renales u oculares. Se recomiendan determinaciones periódicas de la presión sanguínea en adultos, con el fin de detectar su comienzo y poder así tomar las medidas preventivas apropiadas.
La hipertensión arterial se puede definir como:
la elevación persistente de las presiones arteriales: sistólica y diastólica. Suele ser un cuadro asintomático hasta que, con los años, aparecen complicaciones cardiovasculares, renales u oculares. Se recomiendan determinaciones periódicas de la presión sanguínea en adultos, con el fin de detectar su comienzo y poder así tomar las medidas preventivas apropiadas.
En primer lugar hay que reducir el consumo de sal, ya que su contenido en la dieta es un factor de riesgo para presentar hipertensión. Se debe proceder a una reducción moderada del consumo de sal, lo que supone en la práctica la retirada del salero de la mesa y evitar alimentos precocinados con elevado contenido salino.
Por otra parte, debemos limitar al mínimo el consumo de grasas saturadas y de alimentos hipercalóricos, ya que se favorece la acumulación de grasa y, por tanto, se incrementa el riesgo de aterosclerosis y de presión arterial. El alcohol también favorece el aumento de la presión arterial, por lo que hay que disminuir el consumo del mismo.
También es muy importante abandonar el tabaco. Fumar no sólo es nocivo por el daño que provocan sus componentes; los efectos perjudiciales parecen ir aún más lejos, ya que además el tabaco parece reducir la efectividad del tratamiento antihipertensivo. El riesgo de hipertensión es proporcional al número de cigarrillos que se fuman al día y al número de años con el hábito de fumar.
Por último siempre es aconsejable fomentar el ejercicio físico de tipo aeróbico. De esta forma, no sólo se produce una reducción de las presiones arteriales, sino que también se obtiene un efecto beneficioso sobre otros factores de riesgo cardiovascular tales como la obesidad, diabetes o hipercolesterolemia.
Es recomendable realizar controles periódicos de la presión arterial a efectos de detectar los casos de hipertensión y poder establecer un tratamiento adecuado. En el caso de seguir un tratamiento, es fundamental el cumplimiento estricto de la pauta por parte del paciente.
1 ¿Por qué es tan importante controlar la tensión?
La tensión alta es un factor que contribuye a desarrollar enfermedades cardiovasculares, especialmente enfermedad cardiaca (ataque al corazón, insuficiencia cardíaca así como puede conducir a derrame cerebral, embolia o insuficiencia renal)
2¿Existen distintos tipos de Hipertensión?
Sí, cuando la causa que origina la tensión alta es desconocida, se dice que la persona tiene Hipertensión primaria o esencial, es la más frecuente, y según las cifras tensionales, será ligera, moderada o grave, Cuando la causa de esta hipertensión es conocida, está relacionada normalmente con alguna otra enfermedad, por ejemplo, de tipo renal, endocrino, o con el embarazo, se llama Hipertensión secundaria. Existe otro tipo llamado Hipertensión maligna, que es infrecuente y se asocia a lesiones en pequeños casos en múltiples órganos e incluso en el cerebro.
Una vez detectada, el paciente hipertenso debe seguir una serie de recomendaciones para reducir las posibilidades de futuras complicaciones cardiovasculares:
- En primer lugar hay que reducir el consumo de sal, ya que su contenido en la dieta es un factor de riesgo para presentar hipertensión. Se debe proceder a una reducción moderada del consumo de sal, lo que supone en la práctica la retirada del salero de la mesa y evitar alimentos precocinados con elevado contenido salino.
- Por otra parte, debemos limitar al mínimo el consumo de grasas saturadas y de alimentos hipercalóricos, ya que se favorece la acumulación de grasa y, por tanto, se incrementa el riesgo de aterosclerosis y de presión arterial.
- El alcohol también favorece el aumento de la presión arterial, por lo que hay que disminuir el consumo del mismo.
- Es muy importante abandonar el tabaco. Fumar no sólo es nocivo por el daño que provocan sus componentes; los efectos perjudiciales parecen ir aún más lejos, ya que además el tabaco parece reducir la efectividad del tratamiento antihipertensivo. El riesgo de hipertensión es proporcional al número de cigarrillos que se fuman al día y al número de años con el hábito de fumar.
- Por último siempre es aconsejable fomentar el ejercicio físico de tipo aeróbico. De esta forma, no sólo se produce una reducción de las presiones arteriales, sino que también se obtiene un efecto beneficioso sobre otros factores de riesgo cardiovascular tales como la obesidad, diabetes o hipercolesterolemia.
- Es recomendable realizar controles periódicos de la presión arterial a efectos de detectar los casos de hipertensión y poder establecer un tratamiento adecuado. En el caso de seguir un tratamiento, es fundamental el cumplimiento estricto de la pauta por parte del paciente.
A continuación les damos algunas recomendaciones naturales para mejorar esta enfermedad